Esta vez no quiero hacer una introducción larga y tampoco me nace hacer una reseña del libro, ya que me parece demasiado fría para un libro tan sumamente especial.
Del mismo modo que hice con "El día que sueñes con flores salvajes", he cerrado la última pagina del libro y me he puesto a escribir, sin más. Aunque como siempre, lo estaréis leyendo el jueves que es cuando lo voy a publicar, o el día que sea que lo estáis leyendo.
No quiero editar ni revisar mucho lo que escriba, pues todavía tengo todos los sentimientos a flor de piel como para luego borrar y escribir y así hasta conseguir un texto perfecto pero frío.
No se muy bien como definir todo lo que he sentido al leer "El día que el océano te mire a los ojos", imagino que esa es la señal de haber leído un magnífico libro, no?
No puedo ser capaz de decir con orden y coherencia todo lo que me ha transmitido el libro y todo lo que me ha hecho sentir, porque una vez más, Paola Calasanz (Dulcinea), lo ha vuelto a hacer; dejarme sin palabras, con sentimientos encontrados y feliz y triste a su vez.
Hay cosas que jamas entenderé y que me duelen en el alma, sobretodo cuando las ves plasmadas en un libro, pero te das cuenta que no están más allá de la realidad. Perdonadme pero no quiero que penséis que me estoy excluyendo porque soy una gran persona que ayudo a que cada día este mundo sea mejor. Por desgracia, casi todos, estamos dentro del paquete de la "crueldad humana", en todos los sentidos. Estamos acostumbrados a ver tantas desgracias que aprendemos a vivir con ellas. Como que las personas hagan daño a otras y a todo lo que la vida nos da; como el mundo en general y todos los seres que viven en ella del mismo modo que nosotros. Porque no somos más importante que nada de lo que hay en ella y de vez en cuando no nos damos cuenta. Nos creemos especiales y más importantes y no es así. Por triste que parezca, de vez en cuanto necesitamos que nos recuerden que somos uno más y que tal cual estamos aquí, mañana podríamos dejar de estarlo.
No puedo dejar de pensar en la lección tan grande que me ha dado este libro, por demostrarme que hay que vivir, vivir en paz con todo lo que nos rodea y, sobretodo, cuidar y disfrutar de las cosas simples. Parece todo muy tópico y demasiado cursi, pero es que es así, y siempre(imagino que a todos nos pasa), tengo momentos en los que solo quiero hacer feliz a todas las personas que me rodean y vivir una vida feliz y tranquila sabiendo que no hago daño a nadie, en cambio, otras veces quiero comerme el mundo y ser lo mejor de lo mejor olvidando de esta manera lo que realmente es importante... vivir. Y no quiero que me malinterpretéis, es bueno seguir nuestros sueños siempre, pero también recordar que solo se vive una vez y que nadie sabe cuanto le queda.
Una vez más, Dulcinea me ha dado otra lección sobre el amor, aunque quizás sobre este tema entienda un poquito más. Pero todavía alucino como avanza el mundo a veces y que poquito se quiere de verdad.
Cuando lees un libro tan grande y tan profundo como es éste, te das cuenta que tras pasar horas leyendo, llorando, riendo y sintiendo miles de cosas, todo se resume a vivir feliz y en paz, y que aunque parezca sencillo al oírlo, no lo es para nada.
Y ya se que me repito mucho y muchos estaréis pensando que es una exageración escribir todo esto, aunque no me importa. Estoy segura que todos y cada uno de vosotros que hayáis leído este magnífico libro, entenderá perfectamente a que me refiero en cada palabra.
Por último, y de nuevo, gracias Paola Calasanz por hacer este libro tan pequeñito que estoy segura cambiará muchos pensamientos y hará reflexionar a todos como ha hecho conmigo.
Estoy impaciente por leer una nueva historia de : "El día que..."
"Creo que el amor es eso.Ser capaz de estar con alguien en silencio y sentirte cómodo"
Espero que os haya gustado muchísimo este post, y que os animéis a leer este precioso libro, aquellos que todavía no lo hayáis hecho.
Y con este post despido el 2017. Os deseo a todos muy buena entrada de año!
Nos vemos pronto...